La emigración es buena, y eso es lo malo. Este es el caso de jóvenes talentos que abandonan las fronteras de nuestro país a consecuencia de la actual situación económica, una fuga de cerebros en toda regla.
Es evidente que en España hay talento y gente preparada, pero más cierto aún que cada vez son más los que buscan una vida mejor fuera. Así es como las empresas americanas y europeas, completan sus canteras acogiendo con gusto este género español de calidad más que certificada. Un regalo caro para España, que pone freno a la ansiada transformación de nuestro sistema productivo.
Trabajo, esfuerzo y mucha voluntad son requisitos imprescindibles para marchar a un país extranjero durante largo tiempo. Aún así, no le echamos suficiente valor al asunto, y es que hay otra gran cantidad de españoles, que buscan cualquier trabajo que les permita aprender el idioma para volver cuanto antes a casa.
De un modo u otro, la realidad es que nuestro país se está quedando sin profesionales. La gente que vale, con verdadero valor y espíritu, se marcha. Cambian las tornas en un país donde en las últimas décadas ha tenido un mayor protagonismo la inmigración que la emigración.
Ofrezcamos alternativas. Es el momento de poner en marcha políticas para atraer el talento español: ayudas para la investigación, creación de nuevas empresas, mejora de condiciones salariales… Nuestros universitarios se forman para ir de cabeza al paro, cuando verdaderamente ellos son la clave y el motor necesario para el desarrollo del país.
Luis Manuel
Antes de escribir es mejor pensar, es lo que tienen las universidades privadas, supongo.
Te agradecería que aportases una crítica constructiva. De buen gusto debatiría contigo sobre el tema.
¿Pública o privada? Que guerra tan estúpida. Lo que sí es cierto es que en ambas hay personas llenas de prejuicios, en lugar de preocuparse por lo realmante importante: la Universidad como un centro para el aprendizaje y el conocimiento